19 de octubre de 2011

LOS DISFRACES PARA HALLOWEEN SON MUCHO MÁS QUE UN JUEGO


Para un niño, el acto de disfrazarse es mucho más que un juego. Octubre, ese mes en el que se visten como los héroes que más admiran, les brinda la oportunidad de liberarse de muchas cargas emocionales a través de la imaginación.

“Este mes es ideal para acercarnos a nuestros hijos, accediendo a su mundo por medio de la creación de un personaje que para ellos sea un modelo a seguir o, simplemente, un deseo inconsciente de exteriorizar lo que sienten”, afirma Carolina Molina, psicóloga especialista en Desarrollo Infantil.

Según esta profesional de la salud mental, fomentar la imaginación y la creatividad de los pequeños es la mejor herramienta para su equilibrio interior.

“Además de divertido, disfrazarse es un método estupendo para que los niños manifiesten sus emociones de una forma natural, desarrollen la empatía y resuelvan sus miedos”, asegura la psicóloga.

Cuando los niños en edad preescolar se disfrazan y juegan con sus amigos desarrollan su vocabulario y confianza. Por ejemplo, si un pequeño se disfraza de médico y le practica operaciones a sus muñecos, está mostrando la manera en la que percibe al mundo de los adultos y los valores que aprende de ellos.

En palabras de Carolina Molina: “En el juego con disfraces compartido con otros niños, se recrean situaciones que tienen que ver con la socialización, la cooperación y el respeto a los demás. Asimismo, se estimula la parte del cerebro que ayuda a resolver problemas y al pensamiento creativo”.

Por estas razones, existe una metodología terapéutica basada en el arte dramático que ayuda a niños y adolescentes a superar problemas en sus relaciones con los otros, como la timidez, y todo tipo de bloqueos interiores que dificultan la convivencia en el hogar, el colegio o el barrio.

Jugando a ser otro

“Según algunas teorías retomadas del Psicodrama y la Dramaterapia, el ser humano —sobre todo durante la infancia— tiene mayor capacidad de expresar sus emociones cuando lo hace en tercera persona”, señala Molina.

Y añade: “Cuando representa un personaje ajeno a él mismo, ya que esto permite que fluyan sus sentimientos espontáneamente”.

Las bases del psicodrama fueron desarrolladas por el psiquiatra rumano-austriaco Jacob Levy Moreno. Este se concentró en terapías psicológicas grupales y no en sólo en consultas individuales, que eran el método predominante durante la primera mitad del siglo XX.

Para Moreno, como lo escribió en su autobiografía, “la espontaneidad y la creatividad eran las fuerzas impulsoras del progreso humano”. El psiquiatra también apuntó en sus memorias: “El amor y la capacidad de trabajar en grupo son indispensables para la vida social”.

El psicodrama es una forma de terapia grupal en la que los pacientes comunican verbal y gestualmente sus anhelos y ansiedades. La dramaterapia es otro método terapeútico que se vale de los disfraces y de los juegos de rol para explorar la psiquis de las personas.

Teniendo en cuenta los hallazgos de estas dos herramientas psicológicas, Halloween es la fecha ideal para entrar en el mundo interior de los niños.

Para disfrutar con ellos de esta ocasión mágica, los especialistas en el desarrollo psíquico de los menores tienen una serie de recomendaciones:

-Permítale a su hijo que sea él quien elija el disfraz. Así le ayudará a generar una identidad propia.

-Motívelo a crear su propio disfraz para favorecer el desarrollo cognitivo por medio de la creatividad.

-Aproveche esta fecha como un espacio para fortalecer sus vínculos con ellos, ayudándoles en la creación de su disfraz.

-Saque al niño que lleva dentro, sálgase de la monotonía y disfrácese con sus hijos para generar empatía. También será una actividad terapéutica para usted.

-El disfraz puede ayudarle a descubrir cómo percibe el niño a los adultos que conviven con él y qué percepción tiene acerca del mundo. Por ejemplo, es de gran utilidad hacer un juego de roles, en el que ellos adopten los personajes de papá o mamá y los padres de hijos. Se recomienda utilizar ropa o accesorios que ayuden a caracterizar cada uno de los personajes.

Invente un disfraz

No es necesario comprar sofisticados disfraces. Lo ideal es armar un canasto o baúl con diferentes elementos a los cuales el niño pueda dar distintos usos, mediante el uso de su imaginación.

Algunas ideas

-Toallas viejas y retazos grandes de tela se transformarán en tela con un poco de creatividad y mucha fantasía.

-Marcos de anteojos sin los vidrios

-Joyas de juguete o collares viejos que ya nadie use.

-Coladores de plástico se pueden transformar en un estupendo casco.

-También puede usar: cinturones, pelucas, túnicas y ropa vieja de adultos, carteras, maletas y bolsos viejos, guantes, chalinas y mantas, delantales, guardapolvos, tutús y sombreros.

-Cualquier tela se puede convertir en un traje con ayuda de nudos y cinturones.


Vía: ElPaís

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