17 de octubre de 2011

Polémica por mina de carbón en Chipichape, norte de Cali


La explotación de una cantera de carbón que estaría generando peligrosos niveles de contaminación de aire y ruido en la zona de Chipichape, en el norte de Cali, suscitó la protesta de moradores de once conjuntos residenciales del sector.

Según los afectados, la cantera que está a 600 metros del centro comercial y a unos 300 metros lineales de Alameda de Chipichape, la unidad residencial más próxima, está poniendo en riesgo la salud de unas 12.000 personas que habitan en su entorno.

Veinte familias tienen actualmente problemas respiratorios y daños bronquiales por el polvillo de carbón que aspiran diariamente, fruto de dicha explotación minera, denunciaron los vecinos.

Eso hace que, aunque la explotación tenga permisos legales de Ingeominas y la CVC, su operación esté en duda porque está poniendo en riesgo la salud de las comunidades aledañas que ven vulnerados sus derechos a un ambiente sano y a la tranquilidad, advirtió el abogado Alfonso Barberena, vecino del sector.

Rodrigo Devia, otro de los afectados, indicó que “la cantera, cuando empezó a funcionar, cumplía el parámetro de distancia con respecto a la población, pero en la medida en que la zona ha crecido, la operación se convirtió en urbana y ese es el primer impacto”.

Como es una operación a cielo abierto, para destruir la roca se necesitan explosivos y todos los días a las 3:00 de la tarde se produce una explosión que genera una onda expansiva de gran velocidad que impacta las estructuras de las viviendas, agregó.

Luego se desprenden nubes de polvo que se van a las viviendas, impulsadas por una corriente de aire que viene del Pacífico y que se dispersa en toda el área residencial.

Luis Fernando Benítez, habitante de Santa Mónica de Chipichape, dijo que en una visita que hicieron a la mina encontraron que para amortiguar el polvillo, al final de la tolva donde se tritura el carbón hay un lento goteo de agua, que no alcanza a evitar el polvo.

“Cumplimos los parámetros”

Frente a todo lo anterior, el ingeniero Álvaro José Holguín, gerente de Adecuaciones y Agregados, AYA, respondió que la explotación tiene todos los permisos y licencias del caso.

“Hace un mes colocamos la estación de calidad del aire, agua y ruido en Santa Mónica; los resultados del monitoreo dicen que la contaminación está por debajo de los límites permitidos”, dijo.

Holguín sostuvo que se ha reducido el horario de explotación. “Antes se trabajaba las 24 horas, luego hasta las 9:00 p.m., hoy hasta las 6:00 p.m. y no hay tráfico de volquetas en la noche”.

El empresario indicó que están sacando 200 metros cúbicos diarios de carbón, frente a la Carbonera Elizondo, que mueve casi 400 metros cúbicos en volquetas y tractomulas por la misma vía y que estaría generando más daño.

“La cantera La Betulia, que fue suspendida por CVC hace unos días, genera un tráfico de volquetas cuatro veces mayor que nosotros”, sostuvo.

“Nosotros tenemos licencia y cumplimos con los parámetros, presentamos un informe semestral a la CVC que nos hace visitas continuas, tratamos de trabajar con la comunidad vecina, se han citado para reuniones informativas, pero no asisten”, concluyó Holguín.

Cuestionan a la CVC

Tras las denuncias de la comunidad, la CVC planteó unos compromisos, como generar mediciones de impacto de ruido y de polvo con sus equipos. Pero el estudio lo pagó AYA, dueño de la mina, lo que a los ojos de los vecinos no es imparcial ni confiable.

Devia dijo que “no es posible que la CVC favorezca este tipo de canteras y no a la comunidad, que autorice un plan de reforestación cuando no puede haberlo y que la misma empresa sea la que haga el seguimiento al impacto de polvo y ruido y eso sea avalado por la CVC”. Por eso, pidió la intervención de Ingeominas y Juan Carlos Álvarez, del Hotel Spiwack, urgió una interventoría independiente y seria para el asunto.


Vía: El País

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.